La tradición en nuestro país de vestirse de Diablo Cojuelo data de los 70 se iniciaron a organizar las comparsas y con ellas, el surgimiento de los personajes. En el argot popular la gente les llama "cajuelo" cuando en realidad es "cojuelo". Vestido con una capa, una camisa refulgente y pantalones anchos cubiertos con campanas, espéculos y cintas todo como una mofa de los caballeros medievales españoles los diablos atemorizan a la multitud con sus máscaras gigantes y sus látigos. Cada conjunto de estos demonios cojeando de La Vega diseña y fabrica sus máscaras todos los años, meses antes de Carnaval, y ocultos de los contendientes.
Ciertas comparsas o bien conjuntos del carnaval dominicano tienen orígenes más recientes ademas tienen un enorme significado cultural. La ciudad de Barahona, al sudoeste del país, es famosa por Los Pintaos, un conjunto creado en 1997 por Francisco Suero Medina, conocido de forma local como El Gato. Hicieron su debut en el desfile nacional en 2000, y en 2008 fueron premiados con la más alto distinción de Carnaval concedido por el Ministerio de Cultura: el Premio Nacional de Carnaval Felipe Abreu. Los Pintaos representan a los cimarrones, que se sublevaron contra el colonialismo de España y la esclavitud y se refugiaron en las montañas de Bahoruco, al sudoeste de la Republica Dominicana.